Imagina esto: Vivimos en la época del exceso de información y de plataformas: Instagram, Facebook, Tik Tok, Twitter, LinkedIn, YouTube… y las que surgen diariamente. Todas funcionan de maneras muy diferentes, también todas te ayudan a lograr objetivos distintos en específico, todas tienen un millón + 1 de opciones para funcionar… no sé si te identifiques conmigo, pero en ocasiones, es tanta información que resulta abrumador la cantidad de esfuerzos que estas demandan, a tal punto de sentirte saturado e incluso agotado.
Entre toda esa saturación, una pregunta llegó a mi mente: ¿En realidad necesitamos trabajar tanto y tantas redes? Estamos en el momento en el que TODOS HABLAMOS DE LO MISMO, TODOS SOMOS FAMOSOS, TODOS TENEMOS ALGO QUE OPINAR; entonces “¿lo puedo lograr?” Sí, sí es posible lograrlo siguiendo algunas reglas básicas que puedes ir adaptando a tus necesidades en el camino.
En el caso específico de cuando estás construyendo tu negocio, no debes olvidar que en estas plataformas transmites tu imagen, tu visión y misión, que es necesario un trabajo de tiempo completo y respetarte siempre a ti mismo, no se trata de cambiar tu esencia o la de tu negocio para encajar en tendencias, sino en saber en que momentos puedes adaptarlas para sume a la estrategia, por ejemplo: Si la tendencia de esta semana es un sonido que todos bailan, puede ser que la canción haga sentido con tu marca pero no el baile, entonces conviértelo en un video donde des tips señalando distintas partes de la pantalla.
Quizás el cambio de tener que “depender” de las redes para crecer mi negocio, también te resulte en un momento de crisis cómo a mi: sentía que mis años de experiencia o talentos se habían vueltos obsoletos, el ver a personas con videos virales, o influencers con contratos millonarios me hacía mucho ruido en la cabeza -“No tiene sentido”-, y ojo no quiero decir que ser influencer sea fácil, cuando era Vicepresidenta de ventas en una compañía millonaria, llegamos a colaborar con algunos que promovían nuestra marca y muchos de ellos su ego era tan grande que no se llegaba a nada, pero otros estaban muy MUY conscientes para saber cómo capitalizar sus redes y las de mi empresa, y sobre todo vi el trabajo detrás de bambalinas, y como todo negocio se necesita trabajar diariamente, incluso en la mayoría de las veces, mucho más de lo que tu crees.
Ahora, aquí siempre hablamos de NEGOCIOS SALUDABLES, que significa estar en balance y estar bien tú, para que lo demás se de, por eso me gustaría contarte lo que yo hice y espero te pueda ayudar:
Primero medité mucho, en cómo en vez de sentir rechazo a las redes, tenía que buscar un poco de paz mental, y lo que me ayudó fue dejar como centro de todo: mi autenticidad, quién soy yo, y lo que quiero compartir sume a los demás, sin que me cause conflicto. No acoplarme a cada una de las redes, si no más bien como cada una de ellas se acoplaba a mi y a mi misión
Entonces después de muchos meses de acomodo en mi cabeza, muchas caminatas, contacto con la naturaleza y hasta algunas sesiones de terapia, entendí que incluso en las redes sociales, cuando no me siento en balance con mi cuerpo o con lo que creo, de alguna manera se cobra y así aprendí que si algo no me hace sentido tengo 2 opciones:
1: NO HACERLO
2: ACOMODARLO EN MI CABEZA Y HACERLO
Y justo así debes pensar para tus redes, contestando siempre esta pregunta: ¿Cómo me gustaría que se viera a mi manera para aportar algo a mi audiencia? Compártemelo en comentarios o escríbeme en mis redes sociales y encontremos como acomodarlo para tener una red saludable.